Soy el mejor lector de mis libros, no en sentido arrogante y presuntuoso, lo digo con humildad y sinceridad. Leer lo que escribo es recordar lo que he aprendido, lo que he experimentado, lo que sentí, lo que pensé, lo que creé, lo que creo, y sobretodo las lecciones que Dios me habló, un escrito sale del corazón del autor, si no sale de allí, pierde valor, pureza y sentido, sobretodo carece de vida.
Para mí un libro es COMPARTIR. Desde la perspectiva del autor, es compartir su vida, su esencia, lo que es, lo que tiene, de lo que está hecho. Para el lector, es compartir con el autor, sentarse y dialogar, no importa el diálogo, hay un diálogo, y en esa experiencia, en el espectro inmenso de los matices de la razón, el alma y el espiritu, creceremos, un libro siempre aporta una cuota de crecimiento. Una vez que el libro sale del autor, y pasa el proceso apasionado de la lectura, se convertirá en una nueva pieza, tan singular como el autor y el lector.
Con razón la Biblia dice: “Nuestras cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por todos los hombres” 2ª. Corintios 3.2 RV60
Carlos Navas - Director de Editorial AVIVADORES.